top of page

¿POR QUÉ BAILAR TANGO?

Foto del escritor: Gonzalo y Mariel TangoGonzalo y Mariel Tango

La práctica regular del tango no solo mejora la salud física, sino que también ofrece una serie de beneficios adicionales. Es útil en la prevención de enfermedades cardiovasculares y el sobrepeso, así como en el tratamiento de diversos trastornos osteoarticulares y posturales. Además, promueve acciones neuromusculares que regulan la presión arterial, los niveles de colesterol y los triglicéridos.

"Los Abrazos producen la liberación de oxitocina. La oxitocina es una hormona que tiene un impacto enorme, no solo en la generación de vínculos emocionales, sino en la protección del corazón. Es de las pocas hormonas que es capaz de cortar el eje del estrés crónico, el eje del distrés, la liberación constante de cortisol." - Dr. Mario Alonso Puig

El tango también contribuye al desarrollo de funciones neurocognitivas superiores. Al requerir atención en los pasos a realizar, ejercitar la memoria y coordinar el movimiento tanto individual como en pareja, se estimula el crecimiento neuronal y se fortalecen las habilidades cognitivas.

La comunidad médica ha observado que aquellos que gozan de buena salud suelen mantener relaciones afectivas satisfactorias. El contacto físico durante el abrazo en el baile tanguero es un poderoso estímulo social que facilita el reconocimiento mutuo. A través de los movimientos del baile, se reproducen experiencias que nos remontan a la infancia y satisfacen necesidades afectivas básicas.

Tanto en el tango como en la vida, cada pareja avanza y retrocede, se acerca y se aleja, se abraza con firmeza y luego se relaja. Uno lidera con los pies mientras el otro sigue, enfrentan desequilibrios y los superan juntos, se adaptan a las fuerzas cambiantes del otro y buscan comprenderse mutuamente.

El tango ofrece la oportunidad de ser reconocido y de reconocer, de dar y recibir espacio, de aceptar y ser aceptado. En resumen, brinda un aumento de la actividad física de manera amena y divertida. Entonces, ¿cuándo comenzamos?

foto Andreas Wissmann

 
 
 

Commentaires


bottom of page